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jueves, 28 de enero de 2010

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 3

Capítulo 3


A muy temprana hora, todo el pueblo dormía. Para Lovecraft, era de día desde hacía mucho. Iban un poco a lo suyo. Colwest y Edmitz desayunaban aún. Ellos preferían hacer primero las cosas antes de comer. Belith, Mica y Mela se entretenían en quitar farolillos, cosa que, para ellos, no era ningún esfuerzo. Romeo y Andreas, desde lo más alto del árbol, vigilaban. A aquéllas horas del día eran visibles, y sus fuerzas no funcionaban tan bien temprano. Por aquel motivo, tenían que vigilar. Karstic reponía el árbol. Tenía que parecer normal. Aparentemente, un día normal para ellos. Pero no lo era. Había un ser que hacía que fuese un día distinto, pero aún eso no se podía percibir.

-Romeo, Andreas, voy a despertarla- ninguno de los dos se giró, ni siquiera para mostrar respeto.
-tú la has traído, Agnes, tú le enseñas esto.
-como siempre- sonrió Agnes.
-como siempre- repitió Andreas.

Agnes vajó las escaleras, salió del árbol, dió la vuelta y volvió a entrar por otra puerta. Sin decir palabra, habrió la puerta de la habitación de Kim y se plantó al lado de su cama.

-Kim, despierta.

De golpe, abrió los ojos. Tenía sueño, pero no podía cerrarlos. Empezó a recordar lo que había pasado.

-¿dónde estoy?
-todo a su tiempo. Primero, irás a desayunar, después, te enseñaré el que será tu nuevo hogar.
-¿y quién era el chico de ayer?
-también habrá tiempo para las presentaciones. Vístete.


Kim miró la silla de su derecha. Había un vestido negro, de mini falda y mangas cortas, con escote. Llevaba tres botones dorados en los hombros.
También había unas botas negras. Miró a Agnes, que seguía allí
-pero... ¿me tengo que vestir delante de ti?
-oh, perdona, que descortesía por mi parte. Olvidé que a vosotros os gusta cambiaros en la intimidad. Supongo que por un día que te cambies sola, no pasará nada. Pero aquí las cosas no son así. Es sólo un cuerpo, no vamos a ver nada del otro mundo. Y no tenemos ningún motivo por el que avergonzarnos. Somos mejores Nuestro cuerpo es mejor también.

Acabado su discurso, salió de allí. Kim alucinaba. No sabía a qué se refería con eso de "nosotros", y tampoco por qué ellos eran mejores. No entendía nada. Se vistió, y salió de la habitación.
-vamos. Todos han desayunado ya.
La llevó al comedor y le enseñó dónde estaban las cosas.
-tienes que darte prisa. Hoy es un día muy importante.
-¿pero por qué es tan importante hoy? no entiendo nada.
-hoy es importante porque serás una de los nuestros, quizás.
-¿pero quíenes sois?
-Lovecraft.
-y...¿quíenes son Lovecraft?
-nosotros.
-eso no me dice nada
-primero te enseñaré todo esto, y te explicaré algunas cosas. Pero no todo, no lo aprenderás todo hoy.
Acabaron de desayunar y salieron fuera del árbol.
-Mira. Aquí es donde solemos estar de día. ¿ves a esos de allí arriba?
son Romeo y Andreas. Por las mañanas y por las noches, hay que vigilar. Ésas son Mica, Belith y Mela. Supongo que ya han acabado de quitar farolillos.
-¿los que vi ayer?
-sí, los que viste. Durante el día, se guardan en el cobertizo.
-te lo enseñaré.

Entraron a un lugar grande, con un montón de objetos. Había norias, carrozas, cuerdas... y un montón de cosas.
-Aquí guardamos todos los útiles para proteger nuestra morada, y cosas necesarias para el día a día, o para ocasiones especiales. Hay están los farolillos.
-pero... ¿cómo se encienden? no tienen botón ni nada.
-¿de verdad pensabas que íbamos a usar farolillos normales? son farolillos especiales: los construye Karstic. Digamos que él es nuestro herrero.
-¿y cómo se encienden?


Agnes cogió uno de los farolillos, pronunció unas palabras, y pasó la mano. El faralillo se encendió. Volvió a pasar la mano, se apagó, y pronunció otras palabras.

-¡es magia!- exclamó Kim, con los ojos muy abiertos.
-sí. Tú también aprenderás magia.
-¿en serio?
-oh, sí. Y muchas otras cosas.

Entraron de nuevo al árbol y entraron en varias habitaciones, pero hubo algunas a las que no.
-Nos hemos saltado habitaciones.
-cierto. El primer día sólo se ven las más básicas, los dormitorios, la cocina, el comedor, los baños y la biblioteca. Las demás las verás cuando toque. Ahora verás la última que conocerás hoy: La sala de reuniones. Pero antes espera aquí.

Agnes subió unas escaleras, hasta la torre.

-Romeo, ya es hora avisa a todos.
Romeo se pasó la mano por la boca, y empezó a hablar, sin emitir ningún sonido. Sim embargo, todos pudieron oírle.

La gran sala empezó a llenarse de gente. Cuando llegó el último, Agnes se puso en pie.



PD: ESTE ES EL ÚLTIMO CAPÍTULO QUE SUBO HOY, PUESTO QUE EN EL ORDENADOR SÓLO TENGO 3 CAPÍTULOS DE LOS 8 QUE HE HECHO (CASI NUEVE) LOS CAPÍTULOS SON MUY CORTOS, OCUPAN 3 Ó 4 PÁGINAS, PERO SOY MUY VAGA (LO QUE PASA ES QUE EN EL INSTI A VECES SI NO HAY MUCHO QUE HACER PUES ESCRIBO) Y POR ESO TENGO TANTO ATRASO EN SUBIRLO XD PERO PROMETO QUE NO ESCRIBERÉ NI UNO MÁS HASTA QUE ESTÉN TODOS AQUÍ. TENGO QUE ENTREGAR PARA R. LENGUA UN CAPÍTULO CADA SEMANA, PERO EL ÚLTIMO QUE ENTREGUÉ FUE EL CUARTO, OSEA QUE ESTOY BASTANTE BIEN DE TIEMPO CREO YO...

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1 comentario:

  1. si se fijan, antes ponía "iban un poco a su bola" en vez de "iban un poco a lo suyo" pero mi maestra de lengua me sugerió cambiarlo porque era algo muy coloquial (yo no lo sabía) así que lo he cambiado :)

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