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domingo, 11 de julio de 2010

AVISO

Hallo! No, no vengo con ningún nuevo escrito, ya que me encuentro en un internado y mucho tiempo no hay. Sólo quería informar de que participaré en un concurso de RETRUM, mi libro favorito (http://www.retrum.es) si ganara, entre otras cosas, el texto saldría en la segunda parte del libro. Sé que lo tengo difícil, y que probablemente no gane, pero he de intentarlo. El texto es de como máximo 12 líneas, con lo que me gusta extenderme... Probablemente el próximo fin de semana lo habré escrito y lo habré subido. Puedo escribir hasta tres, aunque me gustaría hacer sólo uno, si hago mas tengo más posibilidades.


¡Deseadme suerte! (Alemana =))

miércoles, 2 de junio de 2010

LA NIÑA DEL LAGO

El castillo se encontrba ante mí Su estructura era impresionante. Cualquier ser humano, desde el más vulnerable hasta el más cruel y temido se hubiese sentido débil y pequeño ante él. Anduve por los alrededores, y reparé en un lago pequeño. El otoño había dejado hojas por todo el bosque, excepto sobre las frías aguas. Mientras me acercaba, me di cuenta de que una niña estaba allí sentada. Sus cabellos negros caíana sus espaldas. Lucía un vestido blanco. Tenía un aspecto fúnebre. Estaba cantando algo siniestro, que decía:


I was sitting near the lake
I watched to the water
and I saw the guy behind me
and he was dying slowly...

(Estaba sentada cerca del lago,
miré al agua y vi al chico detrás de mí,
y él estaba muriendo lentamente...)


Se me cortó la respiración. Pero ése fue sólo el comienzo. La niña giró su cabeza lentamente, para que observara, con horror, que sus ojos eran totalmente blancos.

Sacó despacio una guadaña y me sonrió. De repente, tras esa gélida sonrisa empezó a emanar sangre, tal vez de ella, tal vez no... Corrió hacia mí. Me di la vuelta para huir, pero saltó por encima de mí y me la encontré enfrente. Agarró fuerte su guadaña, la levantó y me cortó la cabeza, la cual fue a parar al suelo. Me sorprendó comprobar que aún seguía con vida. El monstruo soltó una risita y me recogió, contenta con su nuevo juguete. Jugaba a botarme como si fuera una pelota o, en su defecto, algún otro objeto esférico sin vida. No me atrevía a soltar queja. Dejó de jugar, me sostuvo en sus manos y se encaminó hacia el lago. Me miró y saltó.


De vez en cuando, me saca a jugar, pero no muy a menudo. No soy el favorito de su colección.

EL HOSPITAL

Me encontraba en aquel hospital. En el único sitio sobre el que nunca concebí posibilidad alguna de experimentar miedo. Pero así era. Las paredes, el suelo... Todo era de ese color blanco infernal. Me recordaban a los folios, sobre los que alguien podría trazar con la fría y cruel tinta mi muerte. Era un lugar de gritos y dolores, un lugar extremadamente peligroso. Mucha gente entraba allí, y poca volvía a ver el sol de la mañana. Y, sin embargo, las personas mediocres iban y venían por aquellos pasillos con una anormal tranquilidad. ¿Es que nadie se daba cuenta? ¿Nadie percibía el dolor? Yo, arrinconado en la pared, no dejaba de mirar en todas direcciones por si se aproximaba algún peligro. Los enfermeros llevaban grandes agujas, perfectas para clavarlas en alguien. Seguro que disfrutaban incrustando esos malévolos objetos punzantes en la piel de sus víctimas, viendo cómo la savia humana salía de ellos e iba resbalándose por sus doloridos cuerpos. Eran, casi a ciencia cierta, enviados por Belcebú. La posible mayor aficción de los médicos debía ser, probablemente, recetar medicamentos inservibles. Disfrutarían mucho mientras contemplaban cómo la esperanza y la salud de sus pacientes se agotaba como una gota de agua en el desierto.


¿Y qué hay de los limpiadores? Inundaban los suelos aposta para que la gente resbalase, y, de paso, dar más trabajo a sus odiados compañeros, que no eran muy apreciados por tener un trabajo mejor y obtener más dinero. Y lo peor de todo, era que los hospitales eran sitios legales. Increíble, ¿Verdad?

Reparé entonces en un niño que tenía su vista clavada en mí. Llegué a pensar que era la más horrible de las criaturas. Intentaba controlarme con su temible mirada. Seguro que quería poseer mi mente. Me levanté entonces, muy asustado, y decidií ponerle fin a mi desdicha. Corrí hacia la puerta, pro creo que mis ojos no le transmitieron a mi cerebro la importante información de que un terrible escalón se encontraba a poca distancia, y caí. Me rompí varias cosas que no diré para no asustar más de la cuenta a nadie. El caso es que acabé pasando mis días en el lugar más espantoso. Creo que me volví loco. Pero, pensándolo bien, los locos ni se plantean que lo están. ¿Lo estuve aquel día? No lo se. Tal vez ni siquiera sea real todo esto, tal vez ni siquiera exista...

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 7

Una escapada al pueblo. Una, sólo una, para cerciorarse de que todo estaba en orden. Eso habían acordado en su última reunión. Y la encargada era Mica. Había salido hacía bastante, y aún no había vuelto. Pero todos estaban tranquilos. Y ocupados. Karstic estaba a punto de finalizar su clase con Kim.

-¡Venga, más rápido! ¡Ese salto, más alto!

-¡No puedo saltar más!

-¡Claro que puedes! Si quedas a la altura de tus enemigos, podrán cogerte sin problemas.

Kim saltó entonces tan alto que asustó a los pájaros que descansaban en el árbol y salieron todos volando.

-¡Para! No puedes saltar tan cerca de los árboles. Alguien podría ver a los pájaros y venir hasta aquí.

-Vale... Intentaré hacerlo mejor.

-No lo intentes. Hazlo.

Cuando se disponía a saltar, llegó Mica.

-Hola, chicos.

-Hola. ¿Qué has averiguado?

-Varias cosas. Están escondidos en alguna parte. Ocultos, como unos ciudadanos más. Además, están realizando crímenes.

-Como vosotros-intervino Kim, que aún no había matado a nadie.

-No. Ello matan y luego acusan a otros, los condenan a pena de muerte.

-Quieren acabar con toda la gente de la ciudad. Tenemos que destruirlos.

-Hoy ampliaremos el tiempo. Mientras duermen, iremos a por ellos.

Su cuarta clase iba a empezar, y para allí se dirigía, cuando, a sus espaldas, Agnes le dijo:

-No te dará tiempo si vas al servicio.

-¿Entonces, aún me leéis la mente?

-Sí. Dentro de poco dejaremos de hacerlo. Llegas tarde.

Kim echó a correr, preguntándose si llegaría a tiempo si iba muy, muy rápido.


Todos estaban listos. Necestaban unas horas más, e iban a conseguirlas. Kim se quedaría con Edmitz, y los demás viajarían al gran reloj. Juntaron sus fuerzas, y crearon un gran agujero en la tierra que llegaba al reloj. Sin pensárselo, saltaron, y al poco rato estaban frente a él. Tenían que hacerlo retroceder, pero que sólo afectara a ellos.

Lo habían estado estudiando aquella tarde, y sabían hacerlo. Crearon dos nuevas agujas, que pusieron en el lugar de la hora que querían que fuera. Y lo consiguieron. Salieron de allí, para reunirse con Edmitz y Kim.

-¿Lo habeís hecho?

-Sí. Agnes, Mica, Colwest, Belith, id a por ellos.


Buscaron por todo el pueblo. Allí era de noche, pero ellos se sentían como si fueran las cinco de la tarde.


-Chicos, tenemos que pensar. Están disfrazados, pero bajo su falsa piel se encuentran esos impresentables, nos será fácil identificarlos.

-Vamos a desenmascarlos. De una vez por todas. Les volveremos la piel del revés, y si no son, los ponemos como estaban.


Con esta nueva técnica, ya habían dado con cuatro.

Les mataban, y les hacían desaparecer. Pero aún quedaban once. Y pensaron en hacerlo más divertido. Matarían a unos cuantos más, dejarían el cadáver y al día siguiente estarían puntuales para acusar a los restantes.


Cinco más. Dieron con cinco más, y mañana el trabajo estaría hecho. Qué suerte que en aquel lugar hubiera pena de muerte.


A la mañana siguiente, había un gran revuelto en el pueblo.

-¡Cinco asesinatos! ¡Cómo es posible! ¿Quién, quién ha sido?

-Han sido ellos-Dijo Romeo, acusando al resto de los Semis.

-Cierto. A mí estuvieron a punto de matarme-Apuntó Andreas, mientras que se remangaba y mostraba un par de arañazos profundos.

-¿Vosotros? ¿Los que siempre sois los primeros en acusar?


Todos estaban de acuerdo. Había que acabar con ellos.

Los Lovecraft se fueron. Ya habían cumplido su misión.


-¿No vamos a ir a la ejecución?

-¿Para qué? Yo no tengo ganas.

-¿Puedo ir yo sola?-Preguntó Kim.

-Ni se te ocurra.


Kim se quedó conforme, y salió fuera. Tenía ganas de correr y saltar un rato.


Andreas y Romeo hablaban sobre Kelwin. Lo más probable era que enviase a más Semis. Ya habían llegado demasiado lejos. Aquello había que cortarlo de raíz. Eran un estorbo. Nada más que un estorbo.



Siento no haber escrito en tanto tiempo, pero mi madre me quita el cable y cuando lo tengo no da tiempo. No subiré más capítulos, pero si algunas historias que he escrito y quiero que veais =) son sólo dos, en realidad son tres pero la tercera la tiene mi profesora. El lunes podré, a lo mejor, subirla.

lunes, 19 de abril de 2010

¡¡¡¡¡¡¡¡HE GANADO!!!!!!!!!

¡He ganado el concurso literario! En el concurso competía con los alumnos de segundo de ESO de mi ciudad, y ahora pondré la historia. Y ya sé que hace mucho que no escribo, pero en serio, soy muy vaga. Tal vez este viernes.

miércoles, 10 de marzo de 2010

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 6

Aún Kim no había visto a nadie. Se levantó, salió fuera y ni rastro de alguno de los nueve. Así que decidió ir a tomar el desayuno. Y allí estaba ella ahora, frente a una taza y tostadas, preguntándose de nuevo dónde estarían.

Recordó la noche anterior. Todo lo pasado la atemorizaba. Sabía que aquellos seres podrían volver, Para los demás no sería problema, pero para ella sí. La matarían si querían. Sin dudarlo. Un golpe limpio sutil, que terminaría con su vida tan rápido que no habría tiempo para gritar. En ese caso, tal vez sería necesario que continuaran leyéndole la mente, si es que ya no lo hacían. ¿O sí lo hacían? se supone que entre ellos no pueden, pero Kim aún no lo era por completo. Se preguntó si esa duda la resolverían.

Acabó su desayuno, y siguió buscando. Nunca se le hubiera ocurrido entrar en las habitaciones prohibidas. Pero eran los únicos sitios a los que todavía no había ido,y tenía que encontrarlos. Pero tal vez si entraban lo consideraban traición. Lo único que podía hacer era esperar, por lo que se dirigió a la biblioteca.

Llevaba ya un tiempo enfrascada en un libro, cuando oyó voces. Provenían del lugar prohibido de la sala. No quería ir. Pero estaban allí. Pensó que quizás si tocaba a la puerta no pasaría nada. Se acercó a ella, despacio, y dio unos cuantos golpecitos.

-¿Qué quieres?-Preguntó Edmitz en cuanto abrió la puerta.

-Es que... no sabía dónde estabais... y no sé qué he de hacer ahora.

-Pasa.

-Estamos preparando tus clases-intervino Belith.

-¿Clases?

-Sí, empiezas mañana.

-¿A qué hora?

-A las siete; te levantarás a las seis para estar lista.

-Pero... eso es muy temprano...

-¡Qué va! Nosotros despertamos a las cinco y media.

-¿En serio?

-Sí. ¿Qué vamos a hacer si no? tano tiempo durmiendo aburre.

-Ya, pero yo tendré sueño.

-Te acostumbrarás. Y ahora vete. Tenemos que seguir nuestra tarea. Tú puedes... No sé, haz lo que quieras. Pero ni se te ocurra ir al pueblo. Todavía no. Y menos sola.

Kim salió fuera pensando en qué emplearía su tiempo libre. Sin nadie, aquello estaba muy solitario. Se acordó de su casa, de sus cosas... Y de su maleta, la que había traído llena de objetos. ¿Qué habría sido de ella? ¿La habrían tirado? Tenía que encontrarla. Fue a su dormitorio, y abrió el armario. Tan sólo había muchos uniformes. Buscó en los cajones. Nada. Seguro que se habían deshecho de ella. Se tumbó en la cama, pensando en que en el techo no iba a estar, pero tal vez en el suelo sí.Efectivamente, se hallaba debajo de la cama.

Dentro encontró su mp3, su móvil y su ordenador, junto con muchas otras cosas. Cogió el ordenador y lo encendió. Se preguntó si dispondrían allí de internet. Recordó entonces a dos personas. Dos amigas a las que había conocido hacía tiempo gracias a internet. En realidad, sólo las añoraba a ellas. Mucho. Entusiasmada por la idea de volver a hablar con ellas, y tras comprobar que sí había conexión, intentó localizarlas. Pero no estaban. No le extrañó, puesto que eran de un país distinto con el que llevaban siete horas de diferencia. Pero estaba alegre. Sabía que al menos no perdería su amistad, que era lo más importante para ella. Apagó el ordendor, y se echó a dormir.

Despertó de madrugada, sin saber cómo había podido dormir tanto. Salió de su habitación y subió a la torre. Contemplaba las estrellas, pensando en su nueva vida. Le gustaba, pero no se sentía segura. De repente, se fijó en una luz misteriosa entre los árboles. Pero tan pronto como surgió, se difuminó, y Kim pensó que sería una especie de visión, que no era real. Era muy tarde,y pronto alguien tendría que vigilar. Se fue a su habitación, ya que quedaban pocas horas de sueño y quería aprovecharlas, aunque pensaba que ya había dormido bastante.

Automáticamente volvió a despertar a las seis. Mientras se vestía, entro Agnes.

-Qué puntual.

-Ha sido una coincidencia el levantarme justo a la hora.

-Ah, sí. Una agradable coincidencia.

-¿Qué haremos hoy? ¿Qué clases daré?

-De eso se te informará en a primera. Ve a desayunar. Luego, busca la sala uno.

Se recorrió todo el árbol buscando la sala, pero no daba con ella. Por suerte, se encontró con Romeo.

-Romeo, por favor, ¿Puedes decirme dónde está la sala uno?

-Claro, te llevaré hasta ella.

No sólo la llevó a la sala, sino que además entró con ella.

-¡Aquí te traigo una alumna retrasada!

-¡Ja, ja! ¡qué suerte que la has traído!

-Sí, para que te fijes, soy imprescindible.

Kim contemplaba cómo bromeaban. Con lo serios que estaban siempre... se debían de conocer desde hacía mucho.

Al fin, Romeo se fue, y empezó la clase.

-Bueno, primero te diré tu horario. De siete a ocho, tendrás clase conmigo. Yo seré tu tutora. De ocho a nueve, tendrás que ir con Mela, que te enseñará a utilizar diversas cosas. De nueve a diez, tendrás clase con Karstic, que te enseñará a ser rápida y ágil. De diez a once, Mica y Belith te enseñarán magia defensiva. De once a doce, aprenderás magia negra con Edmitz y Colwest, y de doce a una, Andreas mejorará tu fuerza, tu equilibrio y tu resistencia. Después, podrás hacer lo que te plazca, a no ser que te necesitemos para algo. ¿Alguna duda?

-Muchas. Pero también tengo que decirte algo.

-¿Qué?

-Ayer, por la noche, salí de mi habitación y fui a la torre. Al rat, vi una luz entre los árboles, pero desapareció.

-Se lo comunicaré a los demás. Podrían ser Semis.

-¿Pero qué son Semis?

-Semi-inmortales. Enemigos. Pretenden destruirnos.

-¿Por qué?

-Porque quieren ser inmortales del todo, y eso es algo de lo que sólo nosotros conocemos el secreto. Y piensan que si nos destruyen podrán entrar aquí y averiguarlo.

-¿Sois inmortales?

-Sí. Y tú también lo serás. Pero eso resérvatelo para Edmitz y Colwest, que también te enseñarán alquimia.

-¿Cúantos años...?

-Resérvalo. Y ya es la hora de tu próxima clase. Es fácil: primera hora, sala uno, segunda hora, sala dos... ¿entiendes?

-Sí.

-Bien. Ah, las clases de educación física se dan todas en la sala tres.

Kim se fue, con una cuestión sin resolver.

domingo, 28 de febrero de 2010

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 5

Ese día habían despertado antes. Después de la noche más corta, venía el día más largo. Normalmente...

Tenían que hacer todas sus tareas matutinas, a parte de prepararlo todo para el convite de bienvenida y la reunión para decidir asuntos sobre Kim. Por suerte, para cuando ella despertase ya habrían acabado con todo, y no les molestaría con preguntas estúpidas de principiante.

-Belith, Mela y yo ya hemos acabado con los farolillos que quedaban. ¿Qué les queda a los demás?

-Creo que ya están todos. Avisaré a Romeo para que los convoque.

-Nosotros vamos ya para allá.

No tardaron más de diez minutos en volverse a reunir, como tantas otras veces.

-Buenos días a todos. Como sabeís, hemos de decidir quién le enseñará cada cosa. Agnes, ya sabes que tú serás su tutora oficial, pues tú la encontraste. Mela, tú que fuiste la última en entrar, le enseñarás las cosas más básicas. Las cosas más simples materiales, puesto que de las otras, obviamente, se encarga Agnes. Karstic, serás su entrenador físico, velocidad y agilidad. Andreas, también entrenador físico, fuerza, equilibrio y resistencia. Mica y Belith, magia defensiva. Edmitz y Colwest, magia negra. Yo seré su examinador. Serán siete horas al día, que se irán reduciendo a medida que aprenda. Lo que primero aprenderá será lo básico. Le doy tres semanas. Después, Karstic y Andreas serán los segundos en terminar sus enseñanzas. Más o menos en dos meses. Mica, Belith, Edmitz y Colwest... lo vuestro es más difícil. Tendreís que enseñarle los seis meses siguientes. Agnes... a ti te necesitará hasta los nueve.

Salieron de allí. Al día siguiente tendrían que preparar las clases para pasado, y eso suponía mucho trabajo. Tal vez podrían descansar un poco después de preparar la fiesta.

Para las siete, ya tenían todo preparado. Algunos habían decidido ir a la biblioteca para cerciorarse de que los libros necesarios para el aprendizaje de Kim estaban en su sitio, otros habían salido fuera, para correr, correr hasta elevar sus pies, tan rápidos como te golpea el aire en la cara y enseguida se va, tan rápidos como una lágrima se desvanece al oir las palabras de la persona adecuada. Otros, simplemente, se relajaban en su sofá.

A la hora prevista, Kim despertó. Ahora era distinta. Y a cada segundo que pasase allí, se haría más distinta.

-¡Kim!-la llamó Agnes.-Todos están en el comedor. Esperándote para tu fiesta.

Agnes la miró de arriba a bajo, y, sólo levantando sus manos, le cambió su uniforme por un precioso vestido rojo.

-Ahora estás decente para una fiesta de nuestro nivel.

Sin más, se fue y dejó a Kim sola. Se quedó algo confundida, pero no podía tener a nueve personas esperándola.

Llegó al comedor. A Kim le pareció que era el doble de grande que antes.

-Bienvenida. Que dé comienzo la fiesta.

Todos se sentaron y empezó un gran murmullo. La habitación estaba exquisitamente decorada, como si se tratase de el gran salón de un palacio, y no de un comedor dentro de un árbol en medio de un bosque.

Todos hablaban con todos, y nunca había silencio alguno. Kim también hablaba, no porque quisiera, sino porque no podía esquivar las preguntas de los demás.

-Agnes, me siento distinta. Y no sé con claridad qué pasó ayer.

-¡ja, ja, ja! Es normal que te sientas distinta. Ahora eres de los nuestros. Cada día sabrás más, y serás un poco más como nosotros. Hasta que llegue un momento en el que seas completamente como nosotros.

Kim aceptó su respuesta, y decidió disfrutar de todo aquello. Tenía muchas cuestiones aun sin resolver, pero era consciente de que ese día ninguna sería resuelta.

Habían pasado varias horas, y aun seguían de celebración. Algunos estaban fuera, y otros no se habían movido de su asiento. Cuando se oyó ruido alertador desde el espacio que rodeaba el árbol.

Todos salieron sin dudarlo.

-Kim, tú no vengas. Sube a la torre y contempla desde allí.

Kim obedeció, y subió lo más rápido que pudo. La escena la dejó atónita.

Eran quince. Quince personas aparentemente humanas. Agachadas, con la cabeza siempre por delante del cuerpo, abrían sus bocas y mostraban sus puntiagudas lenguas y sus afilados dientes. Susurrando, pretendían acobardara losLovecraft. Estos, en la misma posición que aquellos seres, no se dejarían atemorizar. Hasta que un ser saltó. Quedó en el aire, unos segundos, y luego cayó, al lado de Karstic. Los demás le siguieron.

Y empezó la lucha. Los extraños parecían buenos, pero parecían ser muy conscientes de con quiénes peleaban. Aquello era aterrador, pero a la vez muy hermosos. Con movimientos magníficos, preciosos, los hacían caer y gemir de dolor sin derramar ni una gota de sangre. No querían matarlos. Era un juego demasiado divertido para ellos. Y no querían acabarlo tan pronto.

"Al menos cien años más" les decía Romeo mentalmente.

Empezaron a huir, al darse cuenta de que ya no podían hacer más. Habían perdido. Otra vez.

-Creían que podían vencernos.-Dijo Colwest.-Qué chiste.

-Cada vez me aburren más.

-A mí me parece que esto será más interesante dentro de poco. Kelwin los ha convocado a todos, me enteré esta mañana, en el pueblo. Son tan tontos que a lo mejor todavía no saben que podemos leer la mente.

-¿A qué se referían con eso de "a todos"?

-Pues a todos. De todos lados, de todas las ciudades, de todos los países. Todos los Semis del mundo.

-No puede ser verdad.

-Lo es. Ellos raramente se mienten entre los suyos.

-Podían haber estado mintiendo. ¿te vieron?

-No, y además llegué más allá de sus pensamientos para cerciorarme de que eran reales.

-En ese caso, vienen en el peor momento. Tenemos nueve meses de tarea por delante.

-Pero nosotros podemos con todo.

-Sí, y por eso tenemos que emplearnos a fondo. Investigar. A fondo.

-No hay horas suficientes

-Pues las creamos. Nunca nada ha sido imposible para nosotros. Y ampliar el tiempo es una pequeñez. Mañana, al anochecer, lo haremos. Tenemos un pacto. Desde hace cientos de años. Y nada ni nadie nos va a impedir cumplir nuestro objetivo. Nunca.

-También vendrá el señor de las sombras.

-Pues que venga. Será bien recibido.

-Creo que lo estaís subestimando.

-De ninguna manera. Sé que es muy poderoso, pero sé que somos invencibles.Y la verdad, quiero que venga. Quiero enfrentarme a alguien que se acerca a nuestro nivel. Qué bien nos sentiremos después de derrotarlo. Le vendrá bien a mi autoestima. Se acabó la fiesta.

Se giraron, y vieron a Kim. Siguieron su camino, y esta el suyo hacia su dormitorio.

sábado, 27 de febrero de 2010

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 4

-Bien, necesito a alguien que le explique a Kim quiénes somos. Y qué hacemos... parcialmente.-Empezó a hablar Agnes, cuando todos callaron.

-Yo mismo-Dijo Edmitz, poniéndose en pie. Agnes se sentó.

-Nosotros somos Lovecraft, un grupo de gente diferente a los demás, y mejores. Empezamos a juntarnos hace tiempo, huyendo de los que son distintos, y lo que hacemos es buscar a gente como nosotros. Para saber si son de los nuestros, les hacemos una prueba, a la que tú te sometrás hoy.

-¿Y si no la paso?

-En primer lugar, eres nueva, y no puedes hablar sin que se te dé permiso. Y si no la pasas, morirás. Ahora, nos vamos. Hay que prepararse para esta noche.

Kim se quedó en su sitio, inmovíl. Mela se acercó a ella.

-No te preocupes, Agnes elige con cuidado, no trae aquí a cualquiera.

-Pero... ¿y si no la paso? Además, tengo un montón de preguntas.

-Aquí se resuelve todo a su tiempo. Las dudas, las preguntas... se irán disolviendo de tu cabeza, poco a poco.

-Ah. ¿Y a dónde voy ahora?

-Tienes una pregunta para Agnes. Ve a verla.

Kim iba a preguntarle cómo lo sabía, pero recordó la lección de hoy: todo a su tiempo.

Salió de allí y fue a buscar a Agnes. La encontró en su habitación.

-Agnes, creo que,-Agnes se giró y la miró, sólo a los ojos, sin parpadear. Tenía la respuesta.

-Edmitz y Colwest. Creo que ya los conoces a todos.

-Así es.

-Veo que no preguntas cómo lo he sabido. O bien alguien te ha adivinado algo ya, o bien has aprendido la lección.

-Las dos cosas. Pero no necesito que te diga quién fue.

-sí lo necesito. Nuestras mentes están protegidas, no nos las podemos leer entre nosotros. Además, nos basta con mirarnos para saber lo que nos pasa. Nos conocemos tan bien...

-Entiendo. Pero, cambiando de tema, la verdad es qué no sé si quiero unirme a vosotros.

-Nadie quiere al principio. Pero no hay vuelta atrás. Además, piénsalo bien, ¿No es lo mejor? ¿No quieres ser como nosotros? ¿Quieres ser como los demás, que se cree que valen algo, piensan que son poderosos, y presumen de ello, cuando en realidad no lo son? Hay algo que sí somos todos: todos somos ambiciosos. La diferencia está en que nosotros siempre conseguimos lo que queremos, y ellos no. Dime ahora, ¿qué es mejor?

-Ser... ser como vosotros.

-Exacto.

-Ahora... ¿Qué debo hacer?

-Esperar. Puedes quedarte en tu habitación, dar un paseo, ir a la biblioteca... eso sí: no puedes ir a las habitaciones que no te he mostrado, ni al lado oeste de la biblioteca.

-De acuerdo.

-Cuando sea el momento, te buscaré.

Kim salió del cuarto y empezó a caminar. Se cruzó con Karstic, Observó su ropa. Todos los chicos vestían igual, con una especie de chaquetón que por detrás les llegaba hasta algo más abajo de las rodillas, por delante, sin embargo, la chaqueta sólo les llegaba hasta la cintura. Siempre la llevaban abrochada por unos botones minúsculos. Tenían pantalones negros y botas negras. Las chicas vestían igual también.

Salió fuera. Debían de ser las siete.

Miró el árbol. Era inmenso, y capaz de resistir aquella especie de torre. Se preguntó si sería así de resistente de forma natural. Seguro que no.

Eran ya bien entradas las diez cuando entró en el comedor. Colwest también estaba allí.

-No puedes comer.

-¿Por qué? tengo hambre...

-Porque faltan menos de dos horas para tu iniciación. Por eso.

-¿Y cuando podré comer?

-Después, en la fiesta que daremos, si pasas la prueba. Si no... no te hará falta comer nunca más.

Colwest, se fue, y Kim se quedó pensativa. Quería ser poderosa, pero... la muerte era un precio demasiado alto.

Agnes encontró a Kim en la biblioteca, leyendo. Parecía nerviosa.

-Kim, ya es la hora.

Kim se levantó, temblando. Dejó el libro en su sitio, y siguió a Agnes.

Salieron del árbol. y Kim vio a todos en círculo, mirándola.Agnes se unió a ellos.

-Vamos a decirte lo que tienes que hacer: es fácil. Aguantarás el dolor del recuerdo, de todos tus sueños rotos, de aquello que te hizo venir hasta aquí, mientras te sometes a castigo físico. Sólo si aguantas eso, podrás ser de los nuestros.

Llevaron a Kim al círculo. Se sentó de rodillas, y Mica se puso delante de ella. Alzó su cara, para conseguir transmitirle imágines de sus más dolorosos momentos. Mica se retiró a los pocos minutos, y se unió de nuevo a sus compañeros, y empezaron a lanzarle hechizos.

Kim ni siquiera podía gritar. Permanecía inmovíl, estaba totalmente paralizada. No sabía si porque la habían paralizado o si no podía moverse del dolor y el miedo que sentía.

Intentaba desviar la vista de aquella película macabra que se proyectaba únicamente para ella.Pero ya no había bosque. No veía otra cosa que aquellas imágines. Cada vez que le hacían daño, se convencía más de que eso era lo mejor. Al principio, se negó a creerlo, pero con cada golpe que recibía perdía toda su voluntad. Alzó su cabeza, y supo que si podía levantarla era porque todo había acabado. Los miró a todos. Sonrió, y se dejó caer.

-Mela, Belith, llevadla a su habitación. Despertará mañana, por la noche. A la hora de su bienvenida.

Se la llevaron, la depositaron en la cama y le limpiaron la ropa. Ni siquiera tuvieron que quitárselas; con la magia lo arreglaban todo.

Se fueron a dormir, en la noche más corta desde la entrada de Mela. Siempre que iniciaban a alguien apenas dormían, puesto que acababan cuando la luna llevaba mucho despierta, y se levantaban incluso antes que el sol.


fin del capítulo cuatro... tengo para poner hasta el siete, pero tal vez lo haga más tarde o mañana, ahora no tengo clase hasta el miércoles, así que tengo tiempo. Por favor, comentenme que les parece mi historia.

viernes, 29 de enero de 2010

SORRY!

Hola! pues hoy no podré ponerles el cuarto capítulo, porque olvidé que se lo di a mi maestra para que lo leyera sorry habrá que esperar un poquito :(

pero en compensación les traeré una historia que escribí este verano. La escribí para un concurso del periódico "ideal" que no lo cogieron, pero me da igual porque creo que merece la pena.

pd: para la gente de mi familia que llegue a ver esto:

sí, esta es la historia que no quería enseñaros.

ahora la subo :)

jueves, 28 de enero de 2010

PROBLEMAS PARA PONER CHAT

Pues lo del chat está díficil :( lo he intentado poner, pero me sale el de otra página mía (con cosas escritas) disculpen y lo siguiré intentando.

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 3

Capítulo 3


A muy temprana hora, todo el pueblo dormía. Para Lovecraft, era de día desde hacía mucho. Iban un poco a lo suyo. Colwest y Edmitz desayunaban aún. Ellos preferían hacer primero las cosas antes de comer. Belith, Mica y Mela se entretenían en quitar farolillos, cosa que, para ellos, no era ningún esfuerzo. Romeo y Andreas, desde lo más alto del árbol, vigilaban. A aquéllas horas del día eran visibles, y sus fuerzas no funcionaban tan bien temprano. Por aquel motivo, tenían que vigilar. Karstic reponía el árbol. Tenía que parecer normal. Aparentemente, un día normal para ellos. Pero no lo era. Había un ser que hacía que fuese un día distinto, pero aún eso no se podía percibir.

-Romeo, Andreas, voy a despertarla- ninguno de los dos se giró, ni siquiera para mostrar respeto.
-tú la has traído, Agnes, tú le enseñas esto.
-como siempre- sonrió Agnes.
-como siempre- repitió Andreas.

Agnes vajó las escaleras, salió del árbol, dió la vuelta y volvió a entrar por otra puerta. Sin decir palabra, habrió la puerta de la habitación de Kim y se plantó al lado de su cama.

-Kim, despierta.

De golpe, abrió los ojos. Tenía sueño, pero no podía cerrarlos. Empezó a recordar lo que había pasado.

-¿dónde estoy?
-todo a su tiempo. Primero, irás a desayunar, después, te enseñaré el que será tu nuevo hogar.
-¿y quién era el chico de ayer?
-también habrá tiempo para las presentaciones. Vístete.


Kim miró la silla de su derecha. Había un vestido negro, de mini falda y mangas cortas, con escote. Llevaba tres botones dorados en los hombros.
También había unas botas negras. Miró a Agnes, que seguía allí
-pero... ¿me tengo que vestir delante de ti?
-oh, perdona, que descortesía por mi parte. Olvidé que a vosotros os gusta cambiaros en la intimidad. Supongo que por un día que te cambies sola, no pasará nada. Pero aquí las cosas no son así. Es sólo un cuerpo, no vamos a ver nada del otro mundo. Y no tenemos ningún motivo por el que avergonzarnos. Somos mejores Nuestro cuerpo es mejor también.

Acabado su discurso, salió de allí. Kim alucinaba. No sabía a qué se refería con eso de "nosotros", y tampoco por qué ellos eran mejores. No entendía nada. Se vistió, y salió de la habitación.
-vamos. Todos han desayunado ya.
La llevó al comedor y le enseñó dónde estaban las cosas.
-tienes que darte prisa. Hoy es un día muy importante.
-¿pero por qué es tan importante hoy? no entiendo nada.
-hoy es importante porque serás una de los nuestros, quizás.
-¿pero quíenes sois?
-Lovecraft.
-y...¿quíenes son Lovecraft?
-nosotros.
-eso no me dice nada
-primero te enseñaré todo esto, y te explicaré algunas cosas. Pero no todo, no lo aprenderás todo hoy.
Acabaron de desayunar y salieron fuera del árbol.
-Mira. Aquí es donde solemos estar de día. ¿ves a esos de allí arriba?
son Romeo y Andreas. Por las mañanas y por las noches, hay que vigilar. Ésas son Mica, Belith y Mela. Supongo que ya han acabado de quitar farolillos.
-¿los que vi ayer?
-sí, los que viste. Durante el día, se guardan en el cobertizo.
-te lo enseñaré.

Entraron a un lugar grande, con un montón de objetos. Había norias, carrozas, cuerdas... y un montón de cosas.
-Aquí guardamos todos los útiles para proteger nuestra morada, y cosas necesarias para el día a día, o para ocasiones especiales. Hay están los farolillos.
-pero... ¿cómo se encienden? no tienen botón ni nada.
-¿de verdad pensabas que íbamos a usar farolillos normales? son farolillos especiales: los construye Karstic. Digamos que él es nuestro herrero.
-¿y cómo se encienden?


Agnes cogió uno de los farolillos, pronunció unas palabras, y pasó la mano. El faralillo se encendió. Volvió a pasar la mano, se apagó, y pronunció otras palabras.

-¡es magia!- exclamó Kim, con los ojos muy abiertos.
-sí. Tú también aprenderás magia.
-¿en serio?
-oh, sí. Y muchas otras cosas.

Entraron de nuevo al árbol y entraron en varias habitaciones, pero hubo algunas a las que no.
-Nos hemos saltado habitaciones.
-cierto. El primer día sólo se ven las más básicas, los dormitorios, la cocina, el comedor, los baños y la biblioteca. Las demás las verás cuando toque. Ahora verás la última que conocerás hoy: La sala de reuniones. Pero antes espera aquí.

Agnes subió unas escaleras, hasta la torre.

-Romeo, ya es hora avisa a todos.
Romeo se pasó la mano por la boca, y empezó a hablar, sin emitir ningún sonido. Sim embargo, todos pudieron oírle.

La gran sala empezó a llenarse de gente. Cuando llegó el último, Agnes se puso en pie.



PD: ESTE ES EL ÚLTIMO CAPÍTULO QUE SUBO HOY, PUESTO QUE EN EL ORDENADOR SÓLO TENGO 3 CAPÍTULOS DE LOS 8 QUE HE HECHO (CASI NUEVE) LOS CAPÍTULOS SON MUY CORTOS, OCUPAN 3 Ó 4 PÁGINAS, PERO SOY MUY VAGA (LO QUE PASA ES QUE EN EL INSTI A VECES SI NO HAY MUCHO QUE HACER PUES ESCRIBO) Y POR ESO TENGO TANTO ATRASO EN SUBIRLO XD PERO PROMETO QUE NO ESCRIBERÉ NI UNO MÁS HASTA QUE ESTÉN TODOS AQUÍ. TENGO QUE ENTREGAR PARA R. LENGUA UN CAPÍTULO CADA SEMANA, PERO EL ÚLTIMO QUE ENTREGUÉ FUE EL CUARTO, OSEA QUE ESTOY BASTANTE BIEN DE TIEMPO CREO YO...

AHORA PONDRÉ UN CHAT, COMENTEN!

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 2

capítulo 2




Agnes la llevaba a través del bosque. Kim no estaba muy segura acerca de si debía ir o no, pero no tenía muchas opciones. Podía darse la vuelta, y caminar sola por un bosque oscuro, en la noche, en un país desconocido para ella. Tampoco sabía como podía reaccionar Agnes a eso. Por ahora, la seguiría y punto.

-Karstic, soy yo.- dijo derrepente a alguien, pero no se veía nada entre tanta oscuridad.
-ok, en seguida enciendo.


Entonces, empezó a haber claridad. En las copas de los árboles Kim pudo ver farolillos que daban claridad. Estaba un poco aturdida, ni siquiera sabía cómo había podido Agnes llegar hasta allí. Ni donde estaba el botón para encender aquellas luces.

-Espera, Agnes, ¿quién es ella?
-tranquilo, viene conmigo.
-no sé qué opinarán los demás acerca de que traigas gente.
-eso lo discutiremos ahora, pero antes, hay que llevarla a algún lugar.

Kim no daba crédito. No sabía muy bien como debía sentirse, teniendo en cuenta que dos personas que nunca había visto, dos personas tan extrañas, estaban discutiendo sobre qué hacer con ella.

-Kim, ven aquí.-dijo Agnes, mientras que la llevaba a una habitación a la que se entraba por el árbol.
-tú te quedarás aquí esta noche. Dormirás en aquella cama, mañana hablaremos.
-pero... -pero no pudo decir nada más, porque sintió cómo sus ojos se cerraban de golpe, cómo un soplo de aire la llevaba hasta el colchón, cómo sus fuerzas se agotaban, hasta que se durmió por completo.

-ya está. Karstic, llama a los demás. Tenemos que ver que hacemos con ella.





Un poco más tarde, en una sala del árbol, los nueve discutían acerca de que debían hacer con ella. Se oían gritos que podrían hacer caer todos los árboles, gritos que se oían desde lejos, pero a nadie parecía importarle eso. Nadie estaba preocupado por que alguien les descubriera.



-Haber, callaos de una vez. Agnes, explicanos qué a pasado.
-yo estaba en el bosque, cuando apareció ella. Pude leer en sus ojos que era diferente, y que puede ser de los nuestros. Por eso la he traído. Es como nosotros.
-no estoy seguro de que sea como nosotros, es totalmente inofensiva.
-por eso mismo. es inofensiva, por lo que no dirá nada, y también está sola.
si a tenido valor para escapar de casa, tendrá valor para ser quienes somos.
Igual que nosotros.
-Agnes tiene razón, y ya sabéis que eso es lo que tenemos que hacer, traer a nuestros similares, traer a esa gente que es como nosotros, para crear nuestra legión invencible. Ya sabéis como somos. Ya sabéis quienes somos.
Somos diferentes, somos poderosos, somos mejores. Somos Lovecraft.

Dicho esto, Romeo dió por finalizada la reunión. Todos salieron de la sala, a sus habitaciones, excepto dos de ellos.
-Tú nunca aceptas a nadie tan facílmente, Romeo.
-cierto, Belith, pero Agnes tiene razón. Yo la he visto. Yo también he leído en sus ojos como es.
-espero que no te equivoques.
-hasta ahora, no lo he hecho.
-cierto, Romeo. Confío en ti.
-confías en todos.
-no tengo más remedio. Sois lo único que tengo. Sois lo único que tenemos.



Al acabar aquella frase, los de fueron, sin despedirse. Así eran ellos. Se dirijieron a sus habitaciones. Todos sabían que mañana era un día especial para ellos. Como siempre que llegaba alguien nuevo. Normalmente era agradable para todos, excepto para el no-iniciado. Y esta vez no sería diferente.

DIE LOVECRAFT CAPÍTULO 1

AQUÍ LES TRAIGO EL PRIMER CAPÍTULO. LA HISTORIA TRATA SOBRE UNA NIÑA QUE HUYE DE SU CASA Y ENTRARÁ A FORMAR PARTE DE UN GRUPO DE GENTE ALGO ESPECIAL...



Die lovecraft


Capítulo 1.



Después de pasarte una vida atormentada por tu familia, sin apenas amigos, llega un momento en el que tienes que huir. Buscar a alguien que te entienda de verdad... y no siempre es fácil. Kim lo hizo, y fue lo mejor que hizo en su vida. Harta de todas las personas que la rodeaban, escapó de casa y buscó un modo de salir del país. Su oportunidad llegó cuando fue una feria cultural polaca a su ciudad. Se subió a escondidas en su caravana y se fue con ellos.

El viaje fue largo, y, como era de esperar, poco acogedor. Pero no le importaba. Por fin podría escapar, aunque tenía miedo. Miedo de que alguien la descubriera y la llevaran de nuevo a su casa. Tampoco sabía muy bien que iba a hacer cuando llegase al lugar de destino, pero en aquellos momentos le preocupaban más los baches y el temor a ser descubierta.
De repente, escuchó un ruido cercano al gran maletero donde ella estaba.

-La puerta está atascada, ¿cúantas cosas habeís metido aquí?
-lo mismo que traíamos, es imposible que hayan ocupado tanto espacio allí detrás.
-¡Crhistian, para la caravana! voy a asomarme.

Kim sentía a su corazón latir tan fuerte, que estaba segura de que nada más por oir eso la descubrirían. No había escapatoria, pero se le ocurrió una idea.

-Aquí no hay nada nuevo, está todo con lo que vinimos, debe de ser otra cosa...- escuchaba Kim escondida detrás de una gran cortina, tapada a su vez por una maleta.
-Tendremos que deshacernos de algo.
-tal vez de tu espantosa maleta, la de la cortina...
-a ver si nos tenemos que deshacer de...
-¡hey, chicos! basta. No nos desharemos de la espantosa maleta de nadie.

Kim suspiró aliviada. Al menos, no se desharían de ella, por ahora.





Por fin llegaron al lugar de destino. En cuanto se paró el motor, Kim habrió el maletero y echó a correr. Era un pueblo un poco raro, pero no importaba.
Empezó a caminar por la ciudad. Pronto les invadió la oscuridad, a ella y a los muchos pueblerinos que había por las calles.
No supo como, pero se adentró en un bosque.
Estaba asustada. Sola, en un país desconocido, a las tantas de la noche y en medio de un bosque. Le podía pasar cualquier cosa.

-eh, tú. -escuchó de repente.
-¿quieres un poco?

Ante ella se encontraba una chica un tanto siniestra, blanca, muy pálida, y con una sonrisa escalofriante.
Le ofreció un trozo de algo.
-está bueno. ¿qué es?
-carne.
-ah.
-humana.

Palideció. Podría ser un chiste, pero no recordaba aquel sabor, y ella adoraba la carne.
La chica no dijo nada más, era bastante callada. como Kim.

-¿de dónde eres?- preguntó Kim.
-emm... es complicado... digamos que vengo de abajo.
-¿de un país debajo de Polonia?
-no, ya te dije que es complicado. ¿y tú?
-de España.
-te equivocas, tú también vienes de donde yo vengo.
-qué bien. ¿cómo te llamas?
-Agnes.
-yo Kim.
-tu tampoco tienes a nadie, como nosotros.
-¿como quién?
-nosotros. Karstic, Romeo, Mica, Mela, Belith, Andreas, Edmitz y Colwest. Y yo, Agnes. Es una historia larga y complicada, ya irás comprendiendo, poco a poco.

Y así fue como entró en Lovecraft.





PD: DISCULPEN SI HAY FALTAS (SEGURO HAY)

HOLA!

Hola! me llamo Claudia y he creado este blog con la intención de que se puedan leer mis historias. Ahora mismo estoy escribiendo un libro, que iré subiendo aquí por capítulos.

disfruten de mis historias :)